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Zhuang zi (Maestro Zhuang, también Zhuang Zhou), filósofo chino taoista del siglo -IV, es considerado autor de buena parte del libro que lleva su nombre Zhuang zi. Es una obra llena de relatos alegóricos y de observaciones ejemplares sobre la natura, maravillándose de la multiplicidad de formas y maneras de vida que la constituyen.
Ahora bien, todas estas formas o diferenciaciones naturales son sólo una manifestación de la perfecta identidad de todo el universo: desde la perspectiva superior del tao, los contrarios coinciden y las oposiciones desaparecen. Cómo en el conjunto de la filosofía china, el principio de no contradicción es ignorado, superándose la dicotomia lógica entre ser y no-ser.

 
 
    Una noche Zhuang Zhou soñó que era una mariposa: una mariposa que revoloteaba, que iba de un lugar a otro contenta consigo misma, ignorante por completo de ser Zhou. Despertóse a deshora y vio, asombrado, que era Zhou. Mas, ¿Zhou había soñado que era una mariposa? ¿O era una mariposa la que estaba ahora soñando que era Zhou? Entre Zhou y la mariposa había sin duda una diferencia. A esto llaman "mutación de las cosas.
ZHUANG ZI. "Maestro Zhuang". Barcelona, Editorial Kairós, 1996. Libro II, 7

 
 
  Zhuang zi es uno de los pensadors básicos y fundadores del taoisme, movimiento filosófico iniciado por Lao zi (Lao-Tse, también Tao Te King) durante el siglo -VI o -V. El tao es el fondo último del universo; el fondo invariable que late más allá de la pluralidad de formas naturales. Es el permanente pero inexpresable; es el principio que rige todas las cosas. (Un concepto próximo al apeiron de Anaximandro, al logos de Heráclito y de los estoics, al brahman de los Upanishads. El tao, del que emergen todas las cosas, sólo en parte coincide con el concepto de Dios; Dios es el Ser, el tao, el Ser y el No-ser).

Para Zhuang zi, los seres naturales pasan por una serie de transformaciones; los humanos surgimos por transformación de otros seres vivos, y otros seres vivos surgirán de nosotros cuando muramos. Nada se crea ni nada se destruye; pero todo se transforma. Nacimiento y muerte son dos momentos de una continua transformación universal regida por el tao.